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Yoga en familia

Compartir el tiempo de ocio con los miembros de tu familia tiene muchísimas más ventajas que el puro “pasarlo bien”, ¡que también!

Disfrutar de actividades deportivas juntos fortalece los vínculos, genera endorfinas y les fomenta su autoestima. Además, como bien sabemos, los niños aprenden de nuestro ejemplo, inculcarles una vida activa y hábitos saludables es de lo mejor que podemos hacer por ellos!

La práctica del yoga en familia es perfecta para compartir con nuestros hijos ya que tiene múltiples beneficios para ellos:

· Aprenden a respirar conscientemente
· Fortalecen los músculos
· Potencian la flexibilidad
· Aumentan el equilibrio
· Mejoran la concentración
· Adquieren conciencia de su propio cuerpo
· Estimula su creatividad e imaginación
· Influye en el sistema inmunitario

El tiempo ideal para esta actividad con nuestros hijos es de 30 a 40 minutos, ya que los pequeños tienen una capacidad de concentración menor que los adultos, aunque esto lo deberéis adaptar a la edad de los pequeños.

Para la práctica con niños vamos a usar posturas divertidas y que les resulten reconocibles para hacerlos entrar de manera mas natural a la experiencia.

Descárgate la ficha y enséñasela a los peques, les ayudará a entender mejor las posturas!

DESCARGAR FICHA

El gato: imita los movimientos de un gato mientras se estira.
Los niños deben colocar las manos y las rodillas sobre el suelo. Realizando una inspiración profunda, levantar la cabeza y arquear la espalda hacia abajo. Tras estar unos segundos en esta posición, deben arquear la espalda hacia arriba, acercando la barbilla lo más que puedan al pecho mientras exhalan el aire.

El perro: ¡Guau guau! Estirando la parte posterior del cuerpo
Ahora, deben colocar las manos y las rodillas sobre el suelo y, mientras inspiran profundamente, estirar las piernas y los brazos hasta formar una V invertida. En esa posición, les podemos pedir que relajen la cabeza mirando sus pies durante unos minutos antes de comenzar a exhalar el aire y regresar a la postura inicial.

El árbol: ¡Aguantamos el equilibro quitos como un árbol!
De pie con las piernas juntas y los brazos extendidos. En esa posición, flexionarán la pierda derecha apoyándola sobre la pantorrilla o muslo izquierdo. Los que tengan más equilibrio podrán juntar las palmas de las manos en línea recta por encima de la cabeza. En esa postura, les pediremos que tomen aire por la nariz en profundidad, y que exhalen a medida que vuelven a la posición original. El ejercicio se repite con la otra pierna.

La montaña: ¿A qué niño no le gustaría el reto de convertirse en una montaña?
Con esta técnica de yoga lo conseguirán. Primero, les pediremos que se sienten con las piernas cruzadas, la espalda recta y las palmas de las manos juntas a la altura del pecho. Mientras toman aire por la nariz, deben estirar los brazos por encima de la cabeza como si quisieran tocar el cielo. Tras unos segundos en esa postura, les pediremos que exhalen mientras bajan las manos lentamente.

5. El niño: Volver a los inicios.
La técnica consiste en imitar la posición de un feto en el vientre de su madre. Para ello, les pediremos a los niños que apoyen las rodillas en el suelo, de manera que los glúteos queden apoyados sobre los talones. En esta posición deben estirar los brazos mientras apoyan la frente en el suelo. Una posición ideal para combinar con ejercicios de respiración.

6. La serpiente: Ideal para estirar y fortalecer la espalda
Acostado boca arriba con los pies juntos, las rodillas dobladas, las plantas de los pies apoyadas en el suelo y los brazos extendidos a cada lado del cuerpo.
Debes apoyar la parte baja de la espalda, con fuerza sobre el suelo, mientras relajas la parte alta de la espalda.
Luego inspira muy profundo, para que tu pecho se llene de aire, mientras contraes el estómago. Mantente así, contando mentalmente hasta tres...uno, ...dos y ...tres.

7. El arquero: Una de las mejores posturas de yoga para niños para trabajar el equilibrio corporal, fortalecer las piernas y los brazos.
De pie, estiramos la pierna derecha hacia delante y doblamos la rodilla por delante de la punta del pie. Cerramos nuestro puño derecho y dejamos abierto el pulgar hacia arriba y estiramos nuestro brazo derecho paralelo al suelo. El brazo izquierdo hacia atrás. Inhalamos y exhalamos profundamente aguantando en esta posición entre cinco y diez segundos. Recuperamos la posición inicial y descansamos.

 

Esperamos que disfrutes de momentazos en familia practicando yoga con los peques 😉

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